Cierta vez un sueño tejio una sombra
 sobre mi cama que un ángel protegía:
 era una hormiga que se había perdido
 por la hierba donde yo creía que estaba.
 Confundida, perpleja y desesperada,
 oscura, cercada por tinieblas, exhausta,
 tropezaba entre la extendida maraña,
 toda desconsolada, y le escucho decir:
 "Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
 ¿Oir  como suspira su padre?
 ¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
 ¿Acaso regresan y sollozan por mi?"
 Compadecido, soltó una lágrima;
 pero cerca vi una luciérnaga,
 que respondió: "¿Qué quejido humano
 convoca al guardián de la noche?
 Me corresponde iluminar la arboleda
 mientras el escarabajo hace su ronda:
 sigue ahora el zumbido del escarabajo;
 pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa."
                                                                               William Blake
domingo, 13 de julio de 2008
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