viernes, 7 de marzo de 2008

Piel


Siento ese frenesí imparable bajo la piel, pero no como un hormigueo, sino más bien como movimiento, como si toda la piel colgante fuera rotando, sin despegarse, solo rotando. A veces me parece ver que las uñas de mis manos y pies desaparecen, perdidas en un mar de pliegues, no se siente como si las partes del cuerpo se cayesen es más una sensación impersonal, algo extraño, la carne arde, como si me hundiera, los músculos se separan del hueso, ahora ya puedo ver como comienza a colgar, ya todo suelto. Me hago viejo.
Camino por la vereda y nadie lo nota, nadie ve que se me cae la piel, que no soy viejo, que aún no alcanzo los veinte años, y que ¡¡Se me cae la piel!!
Llego a mi casa y pronto, todo gorgotea, y me hundo nuevamente, todo se vuelve oscuridad desde la parte interna de la cuenca de mis ojos, la carne se estira, me duele y un ácido frío sube por mi estomago condensado en una esfera y atascándose en la parte móvil de la garganta, no puedo respirar, puedo ver como las arterias se hinchan por la presión en mi cabeza, todo palpita, y es en este punto, en el que yo por fin me duermo